viernes, 18 de diciembre de 2009

La aventura de ser maestro

La aventura de ser maestro

“El maestro, por lo que mira a la enseñanza del lenguaje, debe tener una excelente voz, considera la cuestión desde el punto de vista armónico y melódico; debe ser un buen lector, un hábil conversador, un feliz expositor, un orador capaz de improvisar y, en adición, ha dominar los gestos y ademanes y los demás recursos exteriores de la técnica de la exposición oral.
RAFAEL RAMÍREZ

Después de leer los textos, de la experiencia docente y como director, y la lectura de Esteve, se hace necesario reflexionar sobre mi práctica educativa y de la aventura que todos los docentes tenemos. El autor le llama aventura a sus experiencias como profesor el cómo inició y lo que piensa de la profesión y las satisfacciones que le genera el poder desempeñarse como docente durante 30 años.

Definitivamente se aprende por ensayo y error porque nadie nace siendo maestro, en la normal me enseñaron como desenvolverme en un grupo e iba a prácticas en condiciones reales de trabajo, pero jamás se va comparar cuando tienes a un grupo a tu cargo, donde tú eres el que debe realmente hacerse responsable de las situaciones que se presentan en el aula. Es una profesión ambivalente porque te puedes aburrir o puedes pasarte el mejor de los tiempos disfrutando con pasión y aprendiendo con tus alumnos.

En lo personal a mi me gusta mucho mi profesión, siempre he sabido qué, para que un país prospere, un medio importante puede ser la educación, ya que un pueblo formado no caerá en la ignorancia y la pobreza, si se forman nuevas generaciones con un pensamiento libre. Es por eso que se nos invita a ser profesores con pasión y obtener esa libertad de poder sentirte satisfecho con la gran aventura de ser maestro.

Ahora, se sabe de antemano que se trabaja con material humano, que se debe ser maestros de humanidad, poder desarrollar esas competencias para la vida, porque ese es el fin, educarlos para la vida, en ocasiones se olvida el propósitos principal que es formar ciudadanos responsables, críticos y reflexivos para poderse desenvolver en un mundo cambiante, enseñando contenidos que no trascienden o desfasados de la realidad en la que viven, sin adecuaciones al contexto.

Comúnmente se olvida que algún día fuimos alumnos y que hoy nos toca ser docentes, es por eso que se debe pensar y repensar lo que se está haciendo en las aulas, tengamos o no las condiciones para hacerlo, porque el buen maestro busca y aplica estrategias tanto de enseñanza como de aprendizaje para poder brindar una educación de calidad.

Encontrarse vivo en la enseñanza, una aventura que te retroalimenta y que puedes hacer que cada día sea satisfactorio, a través y a pesar de las asignaturas que se imparten, cosa nada fácil siendo este un reto que se convierte en desafío del docente.
En toda profesión existen dificultades, que se deben ir superando, una de ellas es la identidad profesional, la importancia de ser profesor. Algunos nos toca estar en esta situación por gusto y otros por situaciones ajenas a sus intereses, pero que ahora son docentes, sea cual sea la causa ahora conviene replantearse la pregunta ¿Cómo consolido mi identidad profesional? Es un cambio de mentalidad como dice el autor, porque ahora no hay vuelta atrás eres docente y es una labor compleja más no imposible. Todos hemos sido novatos y creo que es mi situación al tener muy poco tiempo servicio.

Lo que me llama la atención es cuando menciona a los docentes de secundaria que han sido formados en escuelas ajenas al magisterio, por ejemplo las universidades, entonces, la enseñanza cambia totalmente. Yo fui formado en una normal y esa es una ventaja, pero algunos compañeros se hacen docentes en la práctica o pidiendo ayuda a los docentes que fueron formados en una escuela a fin a la docencia. Todo esto es una situación que afecta a nuestros alumnos, pero lo importante es que tengamos las ganas de querer educar a nuestros estudiantes, preparándonos y poniendo lo mejor de nosotros, transformando esa enseñanza día con día. Desarrollando ese tacto pedagógico y aprender a comunicarnos, darnos a entender con un mensaje claro y preciso aunque hay que tener en cuenta que la mayoría de la comunicación es corporal y no verbal.

Todas estas son habilidades que nos llevan a las competencias docentes y que se deben desarrollar en la práctica educativa. La disciplina juega un papel preponderante, pero el reto del profesor es mantener un ambiente de confianza donde se generen aprendizajes significativos, donde se adecue el contenido a las necesidades de los alumnos. Todo esto permitirá mejorar nuestra labor.

Ahora comprendo lo que quiere decir el autor, al mencionar el orgullo de ser profesor, reconociendo que hay que mejorar la educación en cada una de nuestras escuelas en las que estemos, que dejemos huella de que existen buenos docentes en todos los sentidos y que podemos de verdad llamarnos Maestros…

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